jueves, 30 de abril de 2015

TACONES LEJANOS... PERO QUE AL FINAL LLEGAN

Abro el armario y allí no están. 37 años y no están. Mis zapatos rojos tan soñados. ¿Cómo puede ser posible que en todo este tiempo no me haya comprado unos zapatos rojos de salón? Unos que dejen boquiabierto al que los vea. Y a las piernas de quien los lleva... De tacón fino y muy alto, brillantes sin ser de charol, con punta fina, sumamente elegantes... Simplemente, ¡no puede ser! (Sí, tengo unas sandalias, pero no es lo mismo.)

Así pasa con LOS SUEÑOS... Que a veces por otras prioridades los olvidamos. Y pasa el tiempo, y están ahí en la mente pero nosotros mismos los vamos arrinconando. Y pueden acabar convirtiéndose en sueños rotos. Resquebrajados. Pero hay que buscarles un hueco en la agenda, quedar con ellos de vez en cuando para ver cómo van, como con un familiar lejano. Contarles nuestra vida y que ellos nos "cuenten" cómo pueden llegar a encajar en ella. Poco a poco...


A veces hay que tocar fondo para renovarse y comenzar de nuevo. Hacer un reset. Y aprovechar la oportunidad para poner el sueño en el horno, y que se vaya haciendo... Pero no siempre ha de partir de un momento malo, podemos añadirlo a nuestra rutina diaria, simplificando ésta. Y ahora no estoy hablando de zapatos. Estoy hablando de esa persona a la que no nos atrevemos a llamar, ese trabajo que no nos atrevemos a dejar, ese proyecto que no nos atrevemos a levantar, esa promesa que no nos atrevemos a cumplir... El denominador común es ATREVERSE. Sin embargo, ha de llegar el momento. Esperar a que la vida te dé la cara, y no la cruz. No estoy de acuerdo en absoluto con los bombardeos continuos de "hay que disfrutar la vida y aprovechar cada minuto" "actúa ahora o no lo harás nunca" "no descanses hasta que consigas tu objetivo". No. Rotundo. El cuerpo te avisa, el corazón te lo hace intuir, las circunstancias te lo hacen ver, la mente te lo recuerda... Un sueño no ha de ser obligatorio. Relax...

¡Y puede ocurrir que cumpliendo un sueño muy esperado, cuando ves que lo estás consiguiendo, te vengan a la cabeza otros! Y perdón por hablar de mí, pero eso es lo que me acaba de ocurrir hoy, que observando que el mundo profesional me está dando una nueva oportunidad del modo que yo quería.... ME HE ACORDADO DE MIS ZAPATOS. Curioso... Porque acumular sueños es lo más bonito que puedes guardar en la mochila.

Mañana me voy a la zapatería. ¿Irás tú "a la tuya"? Al menos, piensa cuándo pensarás en pensar que quizá puedas ir. Todo a su tiempo.  Nos vemos ;-)

Patricia Giménez








1 comentario:

  1. Fantástico! Todo el mundo debería tener su "zapatería" a la que ir, pero eso sí, con mucho relax tal como bien apuntas.

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